domingo, 22 de diciembre de 2013

los juegos del hambre: la nueva era (cap.8)


Capítulo 8:
Cuando me despierto, estoy tumbada en el sofá, con mi madre acariciándome el pelo. Me duele la cabeza, me duele mucho, posiblemente me diera un golpe cuando me desmayé, o algo por el estilo.

Haymitch ya está bebiendo y discute con mi padre de forma agitada y haciendo aspavientos, por lo que concluyo que hay algo que me van a decir pero no saben como. Me incorporo con dificultad y mi madre me trae un vaso de agua y bebo lentamente. 
Mi padre se sienta a mi lado y empieza a hablarme bajito:
-¿Cómo te encuentras, cielo?
-Mal,¿Qué me vais a decir que necesita tanto tiempo de meditación?
-Ayyy...-Suspira Haymitch, y acto seguido, comenta- os dije que la niña no era tan tonta.
Miro a Haymitch, con ganas de matarlo pero Luke me lo impide poniéndose entre el y yo.
- Megan, tenemos que mandar a alguien contigo a la arena, no podemos dejarte sola en tu estado, irán Duke, Finnick y John.
Me pongo de pie, hiperventilando y roja de rabia, entonces voy hacia Haymitch, y  me sitúo tan cerca de él para poder verle la cara que parece que soy yo la que está bebiendo en vez de el. 
- Haymitch, ¿Por qué lo has hecho?- Lo miro con tanto odio y tanta fuerza que aparta la mirada- ¡ Te he dicho que por qué lo has hecho!

- Princesa, cálmate porque, lo estas empeorando.
-¡¿Qué me calme?! Maldito borracho ca...- no me da tiempo a terminar la frase cuando me agarran por atrás y me sacan de la habitación, me paso gritando todo el tiempo y me llevan a una sala llena de azulejos blancos, en la que encuentro a Flavius preparando mi ropa y a Venia de un  lado para otro nerviosa.
 Cuando me dejan Flavius corre hacia mi y me abraza, yo me echo a llorar y acto seguido me empiezo a vestir cuando ya salimos, me conducen hasta la sala de lanzamiento.
 Me monto con mis compañeros en el aerodeslizador y me inyectan un chip de seguimiento. No hablo durante todo el viaje y cuando llegamos a la sala de las plataformas, una voz me dice que me suba al círculo gris. 
Antes de subirme, me coloco una chaqueta impermeable, en la cuál encuentro un bultito. Meto la mano y de la chaqueta saco el broche del sinsajo de mi madre, se me empañan los ojos de lágrimas pero aún así, me desplazo hasta el círculo y me subo.
No hago intento de secarme las lágrimas cuando se empieza a elevar el círculo y encuanto salgo, un sol brillante me ciega los ojos, me quedo ciega unos segundos.
 En cuanto recupero la visión, una explosión me hace saltar por los aires.

2 comentarios: